Panorama Educativo en Argentina

Transcurridos dos años de la Resolución N° 364/20 del Consejo Federal de Educación, que por el Decreto de Necesidad y Urgencia N° 297 del Gobierno Nacional, dispuso la suspensión de clases presenciales en todos los niveles y modalidades previstos en la Ley de Educación Nacional, realizamos un breve reporte de situación.

La educación durante el contexto de aislamiento

Se recurre a un documento publicado por CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), que relevó las políticas educativas del gobierno argentino y de los 24 gobiernos provinciales ante la suspensión de clases por la pandemia del COVID-19. Este documento profundiza sobre cinco dimensiones de la educación: contenidos pedagógicos, ampliación de la infraestructura digital, acompañamiento de los docentes, apoyo a la inclusión educativa y organización escolar.

Según consta en el informe, en términos generales, puede señalarse que todas las provincias impulsaron contenidos pedagógicos; 45% amplió la infraestructura digital de sus estudiantes; más del 60% impulsó políticas de capacitación docente para el contexto de pandemia; y 100% implementó o incrementó acciones de apoyo a la inclusión educativa vinculadas al servicio alimentario. Por su parte, más de un tercio de las jurisdicciones (11) propusieron iniciativas de acompañamiento específico a familias y jóvenes.

El Ministerio de Educación de la Nación lanzó el programa “Seguimos Educando”. Desde los primeros días de suspensión de clases presenciales, a través del portal educ.ar, la Televisión Pública y emisiones radiales se difunden contenidos educativos para nivel inicial, primario y secundario en las distintas áreas de conocimiento. Por su parte, todas las provincias desarrollaron plataformas para distribuir contenidos digitales. En por los menos 19 de las plataformas provinciales, a la disposición de los contenidos, se les sumó funcionalidades orientadas a promover y facilitar la interacción entre docentes y estudiantes.

Por la proporción de estudiantes y docentes sin conectividad y dispositivos para acceder a los contenidos que se ofrecen en las plataformas, algunas provincias combina tecnologías digitales con la difusión de contenidos propios por televisión y radio. El Ministerio de Educación de la Nación suscribió un acuerdo junto con el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) para la navegación gratuita en todo el país con las tres empresas más importantes de telefonía celular.

En cuanto al acompañamiento docente, las provincias, fortalecieron la oferta de capacitación docente. De acuerdo al relevamiento realizado por CIPPEC, al menos 14 provincias pusieron a disposición de los docentes trayectos formativos pensados especialmente para el contexto de aislamiento social.

Antes del contexto de pandemia, se registraba que más de la mitad de los niños y adolescentes en edad escolar conformaban familias con carencias materiales persistentes. En este nuevo escenario, las escuelas de todas las provincias reforzaron sus esfuerzos para garantizar que los estudiantes accedan a alimentos, manteniendo inicialmente la distribución de viandas y, luego, entregando módulos alimentarios.

En lo que refiere a la organización escolar, el desafío fue la reorganización de las normas de acceso, tránsito, acreditación y certificación de saberes. La evaluación y acreditación de saberes son algunas de las cuestiones más discutidas. Luego de modificaciones y acuerdos, el Consejo Federal de Educación acordó una resolución por la cual se establece que ningún alumno del país sería calificado mientras las clases presenciales estén suspendidas. En su lugar, se propone una evaluación formativa orientada a retroalimentar el proceso de aprendizaje, adaptar contenidos y hacer devoluciones a los estudiantes y las familias.

Los desafíos de la educación actual

Frente a este panorama, centrado en los niveles inicial, primario y secundario, cabe aclarar que la realidad educativa argentina se enfrenta a varios desafíos. De los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), desarrollado por la UNESCO como de las pruebas Aprender, por ejemplo, se concluye que el Gobierno debe apostar a una mayor inversión educativa.

De acuerdo con el 2do. informe del Observatorio Federal del Regreso Presencial a las Aulas sobre la situación en las escuelas argentinas, más de 8 millones 600 mil estudiantes desde nivel inicial a superior no universitario, no cuentan con clases presenciales. Esto equivale al 75% de los niños, niñas y adolescentes que cursan estudios en el país.

Según datos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), la pandemia no solo provocó crisis económica y financiera, sino que fundamentalmente aumentó la deserción escolar. En 2022, más de medio millón de chicos argentinos no empezó las clases. Para el organismo, la desvinculación escolar es una problemática estructural del sistema educativo agravado por la pandemia que convive con una serie de problemáticas estructurales que dificultan o impiden el ingreso y permanencia en las escuelas”.

Entre ellas, destacó “la falta de acceso a vacantes desde el nivel inicial, la negativa de la matrícula en escuelas comunes públicas y privadas por motivos de discapacidad, así como la ausencia de los apoyos necesarios para el acompañamiento de sus trayectorias escolares que les permitan aprender, participar y progresar sin discriminación”

Por su parte, la 4ta. encuesta de UNICEF, “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes”, señaló que más de 1 millón de estudiantes no pudo regresar a las aulas desde el inicio del ciclo lectivo 2021. La encuesta señala que, en mayo, el 91% de los hogares argentinos reportó que los chicos y las chicas tuvieron clases presenciales, pero hay un 9 por ciento restante -que representa un millón de estudiantes- que aún no retomó la presencialidad.

Por último, se menciona los datos de un informe desarrollado por el Observatorio de Argentinos por la Educación, que relevó la trayectoria de los alumnos que comenzaron primer grado en 2009 y los contrastó con la cantidad que efectivamente llegó al último año del secundario en 2020. Dicho estudio concluyó que, en la Argentina –en el lapso medido– solo el 53% alcanzó el último año de su educación a término, es decir 12 años después. El resto se dividió en partes iguales entre los que la terminaron con sobreedad (demora por haber repetido uno o más años) y los que directamente abandonaron. La investigación identificó que en la transición entre la primaria y el nivel medio está el abismo en el que muchos alumnos caen y donde terminan por abandonar la educación.

En síntesis, el impacto de la pandemia ha sido significativo en el sistema educativo argentino, profundizando dificultades de larga data, y en la vuelta a la presencialidad, siguen registrándose dificultades respecto al acceso a la tecnología y al acompañamiento de las trayectorias escolares, de modo de poder contener la situación particular de cada estudiante. Además, es necesario repensar los contenidos que se enseñan y su adecuación al contexto actual, de modo de lograr una verdadera inserción de los estudiantes.

Es preciso capitalizar lo experimentado durante el contexto de pandemia, avanzar con la implementación de estrategias innovadoras, que apunten al verdadero cambio en el paradigma educativo, legitimando el rol protagónico de los docentes en este proceso de cambio permanente.

Fuentes consultadas:

  • 4ta. encuesta de UNICEF- “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes”
  • Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ)
  • CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento)
  • Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE)- UNESCO Observatorio de Argentinos por la Educación.

Aportación de IMEP: Instituto de Medicina y Psicología. ArgentinaIMEP

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